sábado, 12 de enero de 2013

El primer paseo



Subir a un taxi y escuchar a Faudel no es algo a lo que uno esté muy acostumbrado, pero no creo que me vaya a implicar un problema de adaptación.

La huelga de recolectores de residuos provoca que se acumulen pilas de basura en las esquinas. El hecho de que note esto y lo destaque, puede implicar que ya me estoy empezando a asimilar con mi nuevo lugar; o tal vez solo sea una expresión de deseo. Pronto los carteles en árabe van a dejar de resultarme llamativos y cuando empiece las clases voy a poder entenderlos. La verdad es que por cuestiones de trabajo inesperadas, aunque tampoco puedo negar la influencia del cansancio del viaje y la tensión de una experiencia nueva, no estuve saliendo tanto del hotel donde estoy alojado. Lo que conozco de la ciudad todavía es mínimo.

Buscar departamento siempre es tedioso. Es el punto de partida para ir armándome una serie de actividades “regulares”, que me familiaricen con el entorno. Pero ese y algún que otro tramiterío, me dieron la excusa en estos días para animarme a recorrer más, algo que cuesta bastante cuando uno está solo y no conoce a casi nadie.

En fin, faltan muchas cosas. Pero lo importante es que salí un poco, y pude tomar algunas fotos para inspirar esta especie de crónica.

Suficiente por hoy, me voy a seguir quemando la cabeza con The Boys, de Garth Ennis. 


 Lectura reconfortante, ¿vieron?

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