miércoles, 1 de junio de 2016

REGRESOS SIN GLORIA



(Opinión deliberadamente apresurada para no arruinar la magia de la primera impresión)


Todavía faltan definiciones, pero parece que los personajes de Watchmen volvieron.

En realidad ya lo habían hecho en una serie precuela (en 2012), que no llegué a leer, pero estimo resistida por muchos; aunque por lo poco que vi, trató de mantenerse lo más leal posible al relato original. 



Sin embargo, todo parece indicar que los Watchmen van a volver de la manera más temida: dentro del universo “regular” DC, integrándose en una multitud de personajes que tal vez tenga poco y nada que ver con el espíritu que hizo de la serie original una de las más grandes obras literarias del siglo XX. Como alguna vez se integraron los Wildcats, o The Authority, o Gen13 a la galería de personajes de una editorial aún vista como conservadora por los lectores más jóvenes.

Pero si bien me entusiasmó Batman contra Grifter, Apollo & Midnighter enfrentando nada más y nada menos que a Doomsday y los intentos de “enganchar” a Superboy con Fairchild, acá se trata de algo distinto que a los seguidores no puede dejar de incomodarnos.

No voy a ponerme a dar una explicación exhaustiva de los que es Watchmen. Primero, porque ya está todo dicho; segundo, porque en el apuro de cerrar este texto voy a omitir cuestiones importantes que seguramente me van a señalar; y tercero, porque quien aguantó leer hasta estas líneas, ya sabe todo sobre Watchmen.

Simplemente voy a decir que 1985 es recordado como el año del renacimiento del cómic estadounidense de superhéroes, con todo el contenido simbólico que este género tiene para ese pueblo orgullosamente etnocéntrico. Y con todo el contenido simbólico que de rebote genera a quienes intentamos (a veces sin éxito), entender a ese pueblo y ser entendidos por ellos, aún quienes lo miran desde la antipatía absoluta. Lo que “Crisis en Tierras Infinitas” significó en lo editorial, “Watchmen” lo significó en lo conceptual, cuando asentó una serie de ideas sobre el concepto de “superhéroe” (motivaciones, delirios, traumas, complejos, obsesiones, sadismo, fetiches, egocentrismo) que si bien ya se venían esbozando desde principios de los ’80, por fin tomaron una forma que moldearía la industria de ahí en más. Distintas como el agua y el aceite, ambas obras concordaron en la revisión de esta nueva mitología y lo que nos representa según nuestros bagajes culturales. Un género que nos fascina y nos capta de por vida, sin poder explicarle a nadie el por qué. 



Y obviamente voy a mencionar al gran genio (palabra que uso muy poco) de Alan Moore. Una mente creadora pocas veces igualada, capaz de llenar la mente de los lectores con innumerables ideas, mensajes y contramensajes en las pocas páginas que puede necesitar para dejar sentada una trama. Junto a Grant Morrison y Neil Gaiman, sus dos compatriotas británicos (pero, a mi entender sobre estos dos) fue el pionero incorporando al imaginario artístico-industrial de una serie de contenidos y conceptos que tardaron muchos años en dejar de parecernos novedosos.

Hubo otros grandes autores, sin duda. En una época lo fue John Byrne, quien nunca fue mi preferido, aunque me perdí su etapa consagratoria en Marvel. Frank Miller no puede ser ignorado, animándose a jugar con los personajes más canónicos. Algunos estarán pensando en también en Mark Waid. Garth Ennis, más recientemente, encontró con “The Boys” la manera de cuestionar por enésima vez el significado que el superhéroe tiene para el estadounidense, y seguir siendo novedoso. Pero el impulso se lo atribuyo a esta “trinidad”.





Volviendo a la cuestión principal, con el nuevo relanzamiento de DC, llamado Rebirth (el cual espero resuelva los desastres de Flashpoint) los personajes y su mundo se estarían incorporando también al universo regular. A ese universo con el cual no tienen nada que ver, y aún más, con su sola existencia cuestionaron. Todavía más irónico, de confirmarse las “fan theories” ahora resulta que ellos mismos lo crearon. Superman, Batman y Wonder Woman existen porque ellos existieron. ¿Es para un escándalo? ¿O justamente una alegoría de lo que en realidad pasó? Quizás quede en una aparición simbólica, un homenaje emotivo. Pero la mayoría teme esta incorporación definitiva donde entre el montón, perderán su particularidad y su encanto literario, aunque los guiones nos tengan a los saltos de entusiasmo. Es lo que creo que va a pasar. 



Un antecedente que me viene a la memoria es The Kingdom. Una suerte de secuela de la aclamadísima Kingdom Come (acá me aparto de los cánones: considero que Kingdom Come fue grandiosa, pero ampliamente superada por Identity Crisis), que parece haber quedado en el olvido. Principalmente porque incorporaba el mundo creado por Mark Waid al universo regular, algo que incomodó a los puristas de uno y otro. Pero la trama me pareció magnífica en su momento, además de presentar a quien me pareció el mejor enemigo “moderno” de Superman: Gog, un fanático religioso convencido de que Superman es el Anticristo (¡y capaz de fundamentarlo en citas bíblicas!). Un villano que luego habría que “edulcorar”, claro.

Es una lógica de la industria, ya lo sabemos. Y lo tiene que saber Moore seguramente, aunque le moleste y se haya retirado. Así como lo va a saber Ennis, quien se dió el lujo de dejar en ridículo estas lógicas del mercado. Personaje exitoso vuelve. Aunque no haya manera de que encaje. No va a ser lo mismo (ni va a vender lo mismo); probablemente sean versiones “moderadas”, adaptadas para hacerlas del gusto del mercado masificado (esos “nuevos lectores” anónimos que siempre se buscan como una fuente de la juventud), pero resistirlo es retrasar lo inevitable. Todos sabíamos que tarde o temprano iban a volver. Y la verdad es que no tengo ganas de ponerme a organizar un boycott. Tal vez el toque del genio siga latente, y sus personajes aún posean un verdadero poder: el de tener una personalidad propia que amedrente a los guionistas neófitos y les impida quitarles su esencia. 




¿Qué estará pensando ahora Garth Ennis? Vayan mentalizándose: algún día Hughie, The Butcher y los demás se las van a ingeniar para volver, y van a compartir cuadritos con los héroes mainstream, esa gran farsa que con tanto esfuerzo intentaron desenmascarar. Va a ser un mamarracho seguramente, pero que me va a tener sumamente entusiasmado. 



Y a vos Moore, te pido un último esfuerzo y por favor terminá “1963”.